24/6/09

El perro del hortelano

Menudo tema pone Paula sobre la mesa. La inmigración. La espada de Damocles de los países ricos; la respuesta a sus políticas; la fea con la cuál nadie quiere bailar; la necesidad de medrar; las oportunidades robadas; el envés de la máscara de los hipócritas; la única solución a la idiotez, al sectarismo, a la xenofobia, al radicalismo; la mano que sujeta nuestra bandeja de plata (en realidad es de latón); la espada, la pared. La inmigración es una realidad.

Las grandes migraciones no se producirían si no existiera la opresión, la barbarie, la explotación, la enfermedad, la guerra, el colonialismo. ¿Creémos que la solución es cerrar la puerta por dentro? No podemos estar tan ciegos, no podemos ser tan egoístas, no podemos ser tan tiranos. El inmigrante no tiene la culpa de la crisis, por lo que tampoco sobra en estos momentos. Reflexionemos: ¿quiénes son los que viven de otros? ¿quiénes cierran los ojos, se ponen las manos en los oídos y se tapan la boca? ¿quién apoya o derroca gobiernos según sus intereses?

Lo cierto y verdad es que estamos viviendo una crisis profunda que requiere cambios radicales, siempre y cuando queramos salir de ella. Igual de cierto es que muchísimos países, los llamados del tercer mundo, llevan muchos años en crisis o por qué no decirlo, comiendo mierda. Ni Europa, ni Estados Unidos han querido que estos países experimenten cambio alguno. Para que existan los ricos, han de existir los pobres. Así de sencillo. Pero son los últimos los que acaban pagando la cuenta, los que cargan con la culpa. Estoy seguro que ha nadie le molesta que vengan alemanes, ingleses o gringos a nuestro país. Muchos me dirán que estos vienen a dejar dinero; yo digo que los que cotizan, pagan impuestos y crean riqueza son los que vienen a partirse el lomo.

Ya que hablamos de un caso en concreto, el de España, puntualizemos un par de cosas. El que nuestra economía estuviera sustentada sobre el ladrillo, que no hayamos invertido mucho más en energías renovables, que el crecimiento sostenible nos la traiga al pairo, que nuestros políticos sean unos cutres -¡TODOS!-, que seamos un país donde solo se puede vivir con tranquilidad como funcionario, que el dinero no fluya de un sitio a otro, que los bancos nos roben, que el alquiler de la vivienda esté por las nubes, que el fútbol sea el tema de mayor interés nacional, etc…, es culpa de todos.

No sé ni cómo terminar este artículo. Todo esto me produce frustración. Perro del hortelano, ni come ni deja comer.

Carlos

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