23/6/08

"Voces"

Esta semana quiero recordar una experiencia que compartimos los tres desblogeados desde puntos diferentes.
Hace unos meses fui a Berlín con el propósito de ver a mis queridísimos amigos Carlos y Paula y hacer junto con Carlos una performance en la inauguración de una web de encuentro de los artistas españoles en Berlín.
Desde el primer momento me sedujo la idea de trabajar desde un sitio nuevo. Carlos propuso el título casi sin pensarlo y desde ahí surgió todo el proceso creativo. Se nos ocurrió a cada uno por separado que sería interesante utilizar poesía. Así que seleccionamos poemas de autores contemporáneos españoles. Quedaron textos de Ángel González y de Vanessa Pérez Sauquillo.
A partir de ahí queríamos que fuera algo participativo para la gente que lo viera y un acto único e irrepetible. Analizando los medios técnicos que teníamos apareció la posibilidad de utilizar una grabadora digital. Eso nos dio la idea que perfilaba toda la acción. Tras una puesta en escena sólo quedaría la voz grabada. Empezó a tomar importancia la idea de que después de todo lo que queda es la Voz, el sonido, no lo escrito ni la forma. Después de una lluvia de ideas delirantes y tranformaciones varias para adaptar la acción al espacio se nos ocurrió la forma final.
Con elementos muy básicos y un ambiente de obra crearíamos el templo de la palabra, donde recibiríamos en parejas a los participantes. Para ello acotamos con unas cortinas una parte del local a la que los paricipantes entrarían por una puerta y se encontrarían con un pasillo hecho con velas que conducía bajo una lámpara de billar hacia el trono de la palabra. Detras de este una maceta con llamas hacía de altar de la palabra y del trono salían cintas blanquirrojas de obra a modo de rayos que enmarcaban el altar. Debajo del trono una luz amarilla de obra y tras el altar una luz vertical que proyectaba el efecto hacia arriba hasta un techo altísimo.
Nosotros ibamos vestidos con un mono de obrero y con una gorra revolucionaria.
La acción comenzaba dándoles la bienvenida al templo de la palabra a dos participantes. Se les invitaba a acompañarnos al trono de la palabra mientras Carlos por un lado y yo por otro ibamos leyendo en canon un poema que empieza: Camina, camina... A mitad de recorrido empezaba a sonar la grabación del mismo poema con nuestras voces con lo que se creaba una polifonía de ecos con el mismo poema.
Al llegar al trono de la palabra invitabamos a uno a sentarse y convertirse en un obrero de la palabra como nosotros mientras el otro permanecía de espectador. Todos aceptaban y tenían que escoger un poema al azar. Les decíamos que tenían que leerlo para que luego otros obreros de la palabra pudieran escucharlo. Lo leían en el trono mientras uno lo grababa y el otro le iluminaba el texto con una linterna. Al terminar le dábamos las gracias por haber sido un obrero de la palabra y hacíamos la misma operación con el otro.
En la segunda parte de la performance se repetía el paseo hasta el trono y esta vez se les decía que habían estado unos obreros de la palabra que habían dejado un poema para ellos. escogían un número y les entregábamos una copia en papel para que mientras escuchaban por una oreja la grabación y por otra nuestra lectura en directo pudieran seguir el poema. Al terminar los invitabamos a sacrificar el poema en el altar de la palabra con nosotros. Juntos echabamos nuestras copias al fuego y les pedíamos que se quedaran con la voz. Dándo las gracias por haber sido obreros de la palabra los invitabamos a salir.
Esta performance duró dos horas y tuvo momentos memorables, como las hostias que me daba contra la lámpara mientras decía que tuvieran cuidado, un cuasi incendio que creamos y sobre todo las reacciones de la gente. Entre místicos cuando oían la palabra templo o sacrificio, orgásmicos cuando les leíamos en el paseillo inicial y muy colaboradores cuando les pedíamos que fueran obreros y leyeran.
Como realidad quedaron las voces de los primeros obreros de la palabra, que desde mi humilde opinión es un documento sonoro de incalculable valor. Así que, Carlos no te quejes que esta vez te lo dejo a huevo.
Termino diciendo que me encantaría repetir la experiencia porque fue muy transformadora y ritual sin que fuera esa nuestra intención.

Marcos, obrero de la palabra.

16/6/08

Todos somos unos cabrones (en el fondo)


Poco a poco parece que vamos entrando en materia y tocando temas mas puntiagudos. Creo esto porque, evidentemente, hay casos en los que es difícil estar de acuerdo. De modo que la discusión toma forma. El último artículo de Paula, parece que ha despertado en Marcos algo mas que contrariedad, y digo esto porque me da la impresión de que mi gran amigo está de alguna manera harto de que nos vendan siempre la misma mierda. Sin embargo creo que él se ha centrado en esa idea de “ el mal” que tan pelada y mondada nos han trasmitido nuestros “supremos guías” de la iglesia, de mas de un régimen político, y como no del reciente gobierno Bush. En este caso Paula ha planteado las preguntas, y Marcos ha dado sus respuestas. No estoy de acuerdo con todo lo que se ha expuesto. Y es que no creo que sea tan fácil, no creo que hurgar en la idea del bien y del mal sea una tarea sencilla y simplista. Claro que no existen buenos y malos, eso es un cuento chino. Efectivamente el hombre es poliédrico, y por eso precisamente es tan malo como bueno. El bien absoluto, el mal absoluto, son conceptos que no existen por si solos, o al menos no son posibles. Estoy seguro de que Hitler era buen tío cuando quería, pero también era un hijo de la gran puta. Ambas cosas, bueno y malo, solo que su mala leche pesaba mas que su bondad. Por lo que puedo entender de la exposición de Paula, aprender el bien o reconocer el mal es algo que acaba viniendo de fuera, es decir, nosotros finalmente vivimos o queremos vivir en sociedad, para lo cuál hemos de asimilar unos códigos necesarios para la no disolución de esta. Evidentemente según por donde se mire o quien lo mire o digo mas, en que momento lo miremos, el individuo, por si solo ha de dirigirse a si mismo, superando así el instinto atávico de tribu. Pero esto no quiere decir que haya que aniquilar la comunicación. Vamos a ver, todos sabemos que si me presentan a alguien y lo primero que hago es darle una ostia en los morros, estoy actuando mal. Soy libre para hacerlo, pero no tengo por qué hacerlo. Cuando odio a alguien, una parte de mí desea estrangular o matar, y en muchas ocasiones incluso el corazón se acelera pensando en ello. Esa es mi parte mas cabrona, mas malvada, pero no dejo que pese sobre la otra. De momento no he matado a nadie y además suelo ser muy simpático. Este tipo de normas las conozco por que vivo en sociedad y de momento aquí me quedo. Claro que clamo al cielo cuando algún tiparraco o un grupo o quien sea me dice lo que está bien y lo que está mal, así como si me intentan convencer de que fulano o mengano es mas malo que el hambre. Es que eso no es así de sencillo. Además ya lo sé o me figuro lo que está mal. Para el presidente de los Estados Unidos, Husein era el mal en persona, los territorios árabes constituyen el eje del mal, ¡habrá barbaridad mas grande!!!! De modo que ellos son los buenos y los otros los malos, ok, ¿ y quién declara la guerra y ocupa el territorio? ¿ quién ha estado detrás de cientos de masacres en América Latina?. De canalladas similares y diversas también son responsables el antiguo régimen iraquí. Nadie se salva, ninguno nos salvamos. Sí, quizá la maldad tenga que ver con no saber vivir en sociedad, quizá la maldad conecte con nuestro instinto mas natural y nos impulse a joder a otros para sobrevivir, yo que sé, la vida es así. Pero lo que tengo muy claro es que hay que compensarlo, hay que pensar en frío, y si eso no funciona, pues en caliente. El que no compensa acaba reventando. Cuando alguien me hace algo feo o malo, en lugar de romperle la cabeza con un palo, le pego cuatro patadas a un balón de fútbol, porque lo que está dentro no se puede ignorar, que si mitigar, mejorar, explotar, etc …, depende de lo que se trate. Los instintos están para liberarlos y reprimirlos. Los instintos son amorales. Nosotros somos seres morales. Resulta inquietante pensar en quienes somos en realidad.

Carlos.

8/6/08

Indios y Vaqueros?!?!

Recuerdo perfectamente esa conversación con ricas albóndigas en casa de Paula y Carlos. Y la sorpresa que me produjo que a Paula le produjera esa sorpresa mi apreciación. Porque creo que siempre he tenido una percepción muy concreta de lo que era el "mal". Y lo recuerdo como un concepto ajeno e interesado. Pero la forma en que Paula reflexionó al respecto me hizo recordar las diferencias de percepción con alguien tan cercano como mi propia madre.
Yo siempre he tenido la sensación de que el "mal" y el "bien" son conceptos absolutamente interesados y utilizados por aquellos que imparten justicia o lo pretenden. En su defecto y de forma más cercana creo que son conceptos inventados para poner un freno a la razón cuando se encuentra en un lugar en que puede chocar con el dolor o la incomprensión.
Son términos abstractos para referirse a cosas muy concretas, porque tratan de expresar la sensación que se tiene ante una acción o acciones concretas. Tratan de transferir los afectos a la objetividad.
Entiendo que al hablar de "mal" hay que referirse al concepto de equilibrio ante todo. En esto estoy absolutamente de acuerdo con Paula en que existe el mal en oposición al "bien". Es inevitable complementar la parcialidad de lo bueno con la oposición de lo malo. Esto es un argumento de lo más simple para explicar cualquier tipo de enfrentamiento, ya sea dialéctico o físico. Y para mantener cualquier confrontación hay que saber dónde está el centro de gravedad. Pero más alla de la nomenclatura no creo que aporte mucho esa diferencia. Es una manera de segregación como otra cualquiera. Para poder enfrentarte tienes que diferenciarte del otro. No es que quiera hacer un alegato a la fraternidad universal, que no es el lugar. Pero me parece que si no partimos de la igualdad entre humanos no puede pretenderse hablar de justicia.
Creo que la oposición Bueno-Malo intenta sustentar una justicia muy primitiva y poco operativa en sociedades avanzadas y masificadas. Además, yo siempre he sido bastante amoral, pero me considero una persona profundamente ética. Es decir, en sociedad procuro actuar atendiendo al sentido común que permite la convivencia evitando el conflicto en general. Por eso me tengo por persona fundamentalmente pragmática y eso me lleva a escapar de terminologías abstractas y morales. Así defiendo que en realidad lo que enmascara el binomio Malo-Bueno es la oposición Útil-Inútil. Y si lo aplicamos a personas lo referiría a Egoísta-Solidario.
Además el concepto Mal-Bien está inevitablemente ligado a lo religioso y el mundo de las pasiones, es decir algo que no se puede controlar desde la razón. Y no me parece un camino muy productivo ya que puede justificar comportamientos muy poco sociables.
El Mal se lo han inventado para quemar en hogueras, matar en guerras santas, robar sin escrúpulos y condenar sin perdones. No existe justificación para el Mal sino la misma naturaleza humana. Y ya se sabe que hay gente buena y gente mala. Pues bien, yo me resisto a creer esto porque mi experiencia me demuestra lo contrario. Nos comportamos fundamentalmente de forma egoísta. Y hay cosas que nos convienen para conseguir lo que queremos que no convienen a los intereses ajenos. Ahí nace el Mal. Pero si lo denominamos egoísmo resulta mucho más fácil afrontarlo y contrarrestar sus causas.
Pero que duda cabe que es mucho más rápido zanjar la cuestión viendo una maldad o a un malo. No hay más vuelta de hoja. El mal no se cura. Y una manzana podrida...!!! Que atropello a la razón. Y es que lo siento pero yo no puedo con esto. Si no tendría que defender la pena de muerte. Pero creo que todos somos capaces de hacer cosas útiles para todos, sólo para nosotros e incluso perjudiciales. Y probablemente las hagamos con convencimiento absoluto pues es una característica humana, actuar segun convencimiento de que se llega a buen puerto. Pero no quiere decir que nuestras razones sean útiles para los demás, por muy claro que nosotros lo veamos.
Aunque pueda ser muy duro para los que sufren crueldades y daños no se puede clasificar con un absoluto(Mal) la conducta vital de una persona. Las personas son poliédricas. Incluso Hitler era un buen compañero para Eva Braum y seguramente un buen amo de su pastor alemán. Y eso no quita que los campos de exterminio fueran un gran error y una atrocidad. Pero no fueron creados por el Mal, fueron creados desde la razón y motivados por un profundo egoísmo. Los nazis actuaban desde el Bien y para el Bien supremo. Y el Bien los englobaba a ellos y los enfrentaba al Mal (judíos, gitanos, comunistas, homosexuales,...).
Por todo esto creo que no es nada Útil para la convivencia el aprendizaje del Mal y el Bien como estructura de enjuiciamiento ya que anula por simplificación la aceptación de la diferencia. Enlazando también con el tema de la semana pasada creo que Mal y Bien como absolutos o clasificatorios pertenecen al pensamiento mítico(a superar socialmente) y religioso.

Traduzcamos el infantil:
"Sé bueno y no seas malo!! "
por:
"Sé solidario y no jodas!!"

Yo sé que son sutilezas, pero creo que cuando las Iglesias y Estados se han encargado de anular estas sutilezas es porque sí son importantes.
Ah, y por favor opinad y contradecidme o no, que la próxima semana prometo que esto será menos filosófico.

Marcos

El bien y el mal


Comienzo escribiendo esta opinión/comentario, pidiéndole disculpas a mis dos compañeros de blog, por haberme atrasado tanto… pero a veces el tiempo pasa tan rápido y hay que hacer tantas cosas que no da tiempo de nada y así estoy, desblogeandome y publicando en nuestro blog un domingo… Entschuldigung!

Bueno, pues aquí va mi propuesta de la semana:

En la misma época en que comenzamos a diseñar mentalmente este blog, tuvimos una larga conversación con Marcos sobre lo que significa ser “malo”. La conversación se originó por casualidad en la cocina de mi casa, mientras comíamos unas albóndigas. Dicha conversación nunca llego a tener un final, ya que íbamos pasando de tema en tema y así nunca concluimos la polémica de lo que significa ser “malo”.

Aunque haya sido una conversación más bien casual, el tema nunca me abandonó, porque hasta ese día yo nunca me había planteado realmente lo que significaba ser “malo” o mejor dicho, lo que significa “la maldad”, ya que lo que era bueno o malo para mi, lo tenía yo interiorizado desde mi niñez.

Ahora me doy cuenta que todo eso no es tan fácil y propongo como tema de discusión esta semana “el mal”. Sobre todo me apetece debatir esta temática con tod@s y leer la opinión de otra gente, ya que tengo la sospecha que pocos nos detenemos a analizar lo que significa ser “malo” y sin embargo solemos utilizar este término con gran facilidad. Así que animo a todas nuestras amistades, familiares, conocidos y demás, que esta semana escriban en unas pocas líneas lo que para ellos significa:

Ser malo, el mal o la maldad.

El Diccionario de la Real Academia Española nos explica que malo es aquel que “carece de la bondad que debe tener según su naturaleza o destino”, “que se opone a la razón o a la ley” o también puede ser algo o alguien “dañoso o nocivo a la salud”. (http://www.rae.es/rae.html). Es decir, el significado del mal depende de lo que para cada cultura, grupo o individuo represente la “bondad”: el ser bueno. Es así que no podemos analizar el mal, sin analizar también el bien, ya que ambos términos conforman esa dualidad por la cuál se rige toda moral.

Como cada cultura tiene distintas concepciones del bien o del mal, pues podríamos comenzar una discusión muy larga de lo que es moralmente correcto o incorrecto. Lo moralmente correcto o incorrecto es muy relativo, ya que en general la diferenciación de la maldad implica un grado de estándares morales en cuanto al comportamiento humano, dentro de la cual “el mal” es el menos deseado y “la bondad” o ”el bien” es el más significativo.

Pero en realidad existe otro punto que me inquieta mucho más en esta discusión y es el hecho de dar por sentado lo que es el bien y el mal, solo porque lo hemos mamado de la familia y la sociedad. El no cuestionarse el bien y el mal.

Hay varios análisis sobre la moral del ser humano y de dónde esta proviene. Como pedagoga conozco ante el desarrollo moral de Jean Piaget y los estudios posteriores de Kohlberg. Ambos pedagogos creen en un crecimiento moral en el individuo, el cuál se va desarrollando por etapas. Estas etapas son las mismas para todas las personas y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Es decir, cada ser humano vive un proceso de maduración moral. Mientras Piaget analiza este desarrollo moral desde una perspectiva más biológica, Kohlberg cree que el desarrollo moral se ve influenciado por factores exteriores y que no todos los individuos llegan a alcanzar las etapas superiores del desarrollo moral. Para Kohlberg el desarrollo moral comenzaría con la etapa 0, donde se considera bueno todo lo que el individuo quiere y le gusta. Luego viene la etapa 1, donde las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades, es la “etapa del castigo y la obediencia”. Una vez superadas las primeras etapas, se va desarrollando el ser humano según los factores externos a los que se ve expuesto: la sociedad, la familia, la cultura, etc. Y lo que se considera bueno o malo (moral o inmoral) en estas etapas es según lo que la sociedad le pida al individuo. Las razones para no ser malo y hacer el bien, son simplemente para mantener el funcionamiento de las instituciones y evitar la disolución del sistema, es el cumplir las obligaciones. Y así seguimos hasta llegar a la sexta etapa (la última) del desarrollo moral, donde el individuo ya ha interiorizado los principios éticos universales y debería de alcanzar una perspectiva propiamente moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Aquí la persona debe tener la capacidad racional y la madurez moral de reconocer el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en si mismas y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social. Es decir: el bueno es el justo y el malo es el injusto. Claro, todo este desarrollo tiene muchos puntos criticables, pero la idea en general nos explica nuestros conceptos del bien y del mal y como se desarrollan.

Y para ir concluyendo, creo que para esta discusión también es acertado retomar y mencionar a Nietzsche, él cual se adentra más en el terreno de la dualidad del bien y del mal. En 1887 publica Nietzsche “La genealogía de la moral”, en la cuál él analiza los términos “gut” (bueno), “schlecht” (malo) y “böse” (malvado), respondiendo una serie de preguntas:
¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno y malvado? ¿Y qué valor tienen ellos mismos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora el desarrollo? ¿Son signo de indigencia, de empobrecimiento, de degeneración de la vida?
Nietzsche llega a la conclusión de que la distinción entre “el mal” y “el bien” es en realidad algo más bien descriptivo. Es una referencia amoral a aquéllos que son privilegiados y tienen el poder en contraste con los que son considerados como inferiores, los reprimidos, los esclavos. Y es así como según Niezsche e
l contraste entre bueno y malvado surge precisamente cuando los esclavos se vengan convirtiendo las características de la supremacía en vicios y la moral de los oprimidos se convierte en valores y cualidades positivas: la compasión, el servicio, la paciencia, la humildad- todas cualidades que obtienen una valoración positiva.

Bueno, estos solamente son algunas ideas sueltas que publico aquí para provocar una discusión… y eso que ni me he metido a analizar el bien y el mal en las religiones...

Paula Pinto

1/6/08

Los nuevos personajes míticos

Son las diez y media de la noche del domingo, eso significa que me queda hora y media para publicar mi comentario semanal… al igual que Marcos tampoco soy aficionada a la mitología, ante todo porque nunca me he tomado el tiempo de conocerla más. Sin embargo si se reconocer la importancia que ha tenido el mito a lo largo de nuestra historia y en todas las culturas. Y también estoy de acuerdo con mis dos compañeros, de que Hollywood y todos los medios audiovisuales mal utilizan estos mitos para enriquecerse. Es decir, los mitos clásicos se utilizan actualmente solamente para sacarles un provecho económico y todo el sentido social, mágico y pedagógico del mito ha quedado prácticamente perdido.

Es así como también el término “mito” ya no es lo que era antes. Actualmente se pueden entender una diversidad de cosas bajo esta expresión. Algo “mítico” es algo “legendario”, es decir un personaje o un hecho histórico importante, heroico o extraordinario. Pero ahora esta terminología es utilizada para personas famosas, que por el simple hecho de ser conocidos en el mundo de la farándula se les atribuye el gran adjetivo de ser míticos. Es así como ya no solamente Ulises o Beowulf son personajes míticos, sino también Angelina Jolie o John Malkovich. Estos son los nuevos personajes míticos de nuestra generación. Es tal vez por eso que se han elegido estos rostros para los personajes de la película de Beowulf.

¿Pero qué significa todo esto? ¿Será que en la actualidad realmente no nos queda más mito que el de estos actores y actrices? ¿Dónde queda el sentido pedagógico del mito del que habla Marcos en su opinión? ¿Estos modernos personajes míticos contra qué o quién luchan? ¿Cuáles son sus hazañas?

Todas estas preguntas pueden tener distintas respuestas, pero que al fin y al cabo nos llevan al hecho de que el mito contemporáneo es completamente banal. En la actualidad a los niños y las niñas ya no se les intentan inculcar principios morales o éticos, más bien se les insta constantemente a triunfar- pero no contra la maldad y en pro del bien, sino a triunfar con su belleza, con su popularidad.

Resumiendo: El mito siguen siendo creencias e imágenes que se forman alrededor de un personaje o hecho importante y que le convierten en un modelo a seguir. Lo que ha cambiado son los modelos a seguir, ya no es importante luchar con una convicción moral- más importante es triunfar en la farándula, ser guapa y tener dinero. La moral y la ética han pasado a un último plano.

Es por eso que en Beowulf los rostros no son fantásticos, son los rostros de actuales personajes míticos y la película cumple la real función del mito moderno.

Son las 11 y media de la noche y me voy tranquila a la cama, porque he cumplido con mi obligación con este blog. Ahora ya solo tendré que pensar en un tema para la próxima semana, pero como diría aquel personaje mítico de Scarlett O'Hara: ya lo pensaré mañana…

Paula Pinto

Mito, aprendizaje y ventas.

La verdad es que yo no soy tan aficionado como Carlos a la mitología. Pero sí creo que hay cierto sacrilegio o perversión en el hecho de que Hollywood intente apropiarse de mitos y hacer una especie de Disneymito verdadero y totalmente claro.
En primer lugar el auténtico valor del mito lo encuentro en su naturaleza oral. Y no me refiero a que no pueda aparecer escrito o en un soporte visual. Es un material que estimula la imaginación por encima de todo y apela a lo desconocido y a los miedos ocultos de cualquiera para cobrar fuerza. Si el material es absolutamente cerrado como las películas de Hollywood y pretende hacer creer que es la verdadera imagen del mito elimina la parte estimulante en cada espectador. No permite hacer el propio recorrido hasta el mito personal de cada cual. Y además, como bien señala Carlos, si se hace hincapié en la figura que lo encarna(Brad Pitt, Angelina Jolie, Malcovich...) y se utiliza su imagen para vender y que la gente admire al héroe se pierde la parte coral del mito, tan importante para que sirva de algo. Es importantísimo el conjunto de la acción que compone el mito para que se remueva lo más primitivo de cada uno y lo que nos une culturalmente de forma tácita.
A partir de aquí creo que me toca explicar el porqué creo que el mito tiene su importancia en cualquier cultura y por qué creo que no debe obviarse su transmisión, pero tampoco su superación. Yo creo, con mi tendencia natural a la razón, que el mito como esquema de pensamiento debe superarse ya que tenemos las herramientas para ello.
Más allá del valor político o social que en el momento de su surgimiento pueda tener como aglutinador de masas y creador de conciencias nacionales, creo que tiene un valor didáctico. Son historias en las que se contraponen deseos individuales y obligaciones éticas o naturales. Esto es la base de cualquier aprendizaje social, es decir de cualquier educación. Los niños pueden identificarse con personajes que no tienen cara concreta, porque no importa. Lo importante es que se enfrentan a la adversidad y triunfan o no, en virtud de los principios éticos que imperan en el momento en que surgen. Pero este sistema de pensamiento es absolutamente tribal y suele basarse en la superación del otro y no en la de uno mismo. Y esto desde Nieztche es la base de cualquier educación en sociedad y fuera de la tribu.
Por esto creo que es importante conocer los mitos que vertebran el sentimiento tribal-nacional, conocer su estructura y como funcionan, para poder superar o enfrentar lo insuperable que pueda aparecer desde la razón. Creo que todos los niños deberían aprender a contar los cuentos populares y después deberían superarlos con los suyos propios. Es la riqueza de la oralidad que se está perdiendo lo que sienta las bases del pensamiento racional, científico y sin ella no puede seguir evolucionando. Es como querer llegar al final de la escalera cortando los peldaños de abajo.
Es parte de la evolución de cada hombre. No se entendería Descartes sin un Santo Tomás, aunque parezca a todas luces prescindible.
Por último, me parece que utilizar una cara famosa para contar un mito responde a la intención de que el espectador se posicione con el protagonista y no lo divise con mirada crítica. Además las bondades absolutas de unos y la maldad total de otros no es muy realista, y el cine es el arte realista por antonomasia. Así que creo que no es muy válido como soporte de mitos más allá de una tarde de palomitas y risas. En fin, que Angelina sirve para hacer caja y que la gente no se pregunte qué le están vendiendo de sus mitos y se entretenga en unas curvas de mareo...

Así que viva el mito que refuerza la razón y abajo Disney ya!!!

Marcos

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