8/6/08

El bien y el mal


Comienzo escribiendo esta opinión/comentario, pidiéndole disculpas a mis dos compañeros de blog, por haberme atrasado tanto… pero a veces el tiempo pasa tan rápido y hay que hacer tantas cosas que no da tiempo de nada y así estoy, desblogeandome y publicando en nuestro blog un domingo… Entschuldigung!

Bueno, pues aquí va mi propuesta de la semana:

En la misma época en que comenzamos a diseñar mentalmente este blog, tuvimos una larga conversación con Marcos sobre lo que significa ser “malo”. La conversación se originó por casualidad en la cocina de mi casa, mientras comíamos unas albóndigas. Dicha conversación nunca llego a tener un final, ya que íbamos pasando de tema en tema y así nunca concluimos la polémica de lo que significa ser “malo”.

Aunque haya sido una conversación más bien casual, el tema nunca me abandonó, porque hasta ese día yo nunca me había planteado realmente lo que significaba ser “malo” o mejor dicho, lo que significa “la maldad”, ya que lo que era bueno o malo para mi, lo tenía yo interiorizado desde mi niñez.

Ahora me doy cuenta que todo eso no es tan fácil y propongo como tema de discusión esta semana “el mal”. Sobre todo me apetece debatir esta temática con tod@s y leer la opinión de otra gente, ya que tengo la sospecha que pocos nos detenemos a analizar lo que significa ser “malo” y sin embargo solemos utilizar este término con gran facilidad. Así que animo a todas nuestras amistades, familiares, conocidos y demás, que esta semana escriban en unas pocas líneas lo que para ellos significa:

Ser malo, el mal o la maldad.

El Diccionario de la Real Academia Española nos explica que malo es aquel que “carece de la bondad que debe tener según su naturaleza o destino”, “que se opone a la razón o a la ley” o también puede ser algo o alguien “dañoso o nocivo a la salud”. (http://www.rae.es/rae.html). Es decir, el significado del mal depende de lo que para cada cultura, grupo o individuo represente la “bondad”: el ser bueno. Es así que no podemos analizar el mal, sin analizar también el bien, ya que ambos términos conforman esa dualidad por la cuál se rige toda moral.

Como cada cultura tiene distintas concepciones del bien o del mal, pues podríamos comenzar una discusión muy larga de lo que es moralmente correcto o incorrecto. Lo moralmente correcto o incorrecto es muy relativo, ya que en general la diferenciación de la maldad implica un grado de estándares morales en cuanto al comportamiento humano, dentro de la cual “el mal” es el menos deseado y “la bondad” o ”el bien” es el más significativo.

Pero en realidad existe otro punto que me inquieta mucho más en esta discusión y es el hecho de dar por sentado lo que es el bien y el mal, solo porque lo hemos mamado de la familia y la sociedad. El no cuestionarse el bien y el mal.

Hay varios análisis sobre la moral del ser humano y de dónde esta proviene. Como pedagoga conozco ante el desarrollo moral de Jean Piaget y los estudios posteriores de Kohlberg. Ambos pedagogos creen en un crecimiento moral en el individuo, el cuál se va desarrollando por etapas. Estas etapas son las mismas para todas las personas y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Es decir, cada ser humano vive un proceso de maduración moral. Mientras Piaget analiza este desarrollo moral desde una perspectiva más biológica, Kohlberg cree que el desarrollo moral se ve influenciado por factores exteriores y que no todos los individuos llegan a alcanzar las etapas superiores del desarrollo moral. Para Kohlberg el desarrollo moral comenzaría con la etapa 0, donde se considera bueno todo lo que el individuo quiere y le gusta. Luego viene la etapa 1, donde las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades, es la “etapa del castigo y la obediencia”. Una vez superadas las primeras etapas, se va desarrollando el ser humano según los factores externos a los que se ve expuesto: la sociedad, la familia, la cultura, etc. Y lo que se considera bueno o malo (moral o inmoral) en estas etapas es según lo que la sociedad le pida al individuo. Las razones para no ser malo y hacer el bien, son simplemente para mantener el funcionamiento de las instituciones y evitar la disolución del sistema, es el cumplir las obligaciones. Y así seguimos hasta llegar a la sexta etapa (la última) del desarrollo moral, donde el individuo ya ha interiorizado los principios éticos universales y debería de alcanzar una perspectiva propiamente moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Aquí la persona debe tener la capacidad racional y la madurez moral de reconocer el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en si mismas y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social. Es decir: el bueno es el justo y el malo es el injusto. Claro, todo este desarrollo tiene muchos puntos criticables, pero la idea en general nos explica nuestros conceptos del bien y del mal y como se desarrollan.

Y para ir concluyendo, creo que para esta discusión también es acertado retomar y mencionar a Nietzsche, él cual se adentra más en el terreno de la dualidad del bien y del mal. En 1887 publica Nietzsche “La genealogía de la moral”, en la cuál él analiza los términos “gut” (bueno), “schlecht” (malo) y “böse” (malvado), respondiendo una serie de preguntas:
¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno y malvado? ¿Y qué valor tienen ellos mismos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora el desarrollo? ¿Son signo de indigencia, de empobrecimiento, de degeneración de la vida?
Nietzsche llega a la conclusión de que la distinción entre “el mal” y “el bien” es en realidad algo más bien descriptivo. Es una referencia amoral a aquéllos que son privilegiados y tienen el poder en contraste con los que son considerados como inferiores, los reprimidos, los esclavos. Y es así como según Niezsche e
l contraste entre bueno y malvado surge precisamente cuando los esclavos se vengan convirtiendo las características de la supremacía en vicios y la moral de los oprimidos se convierte en valores y cualidades positivas: la compasión, el servicio, la paciencia, la humildad- todas cualidades que obtienen una valoración positiva.

Bueno, estos solamente son algunas ideas sueltas que publico aquí para provocar una discusión… y eso que ni me he metido a analizar el bien y el mal en las religiones...

Paula Pinto

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