En la actualidad nuestras sociedades modernas están marcadas por diversas crisis económicas y sociales. Esto afecta a las generaciones jóvenes y nos lanza varias preguntas:
¿Qué es importante en la actualidad en nuestra sociedad? ¿Qué es Europa? ¿Realmente existe Europa o solamente es una coalición económica? ¿Cómo esta construido el mundo? ¿Globalización = opresión? ¿Quiénes somos? ¿En base a qué podemos aun construir algo? ¿Qué podemos cambiar? ¿Cómo sobrevivo en una metrópoli? ¿Realmente vivo en una sociedad intercultural? ¿Qué es el arte hoy en día? ¿Qué utilidad tiene el teatro y la performance en nuestros tiempos? ¿Aún podemos comunicar? ¿Qué rol tiene el artista, el pedagogo, el activista? ¿Construimos una nueva elite ecológica? ¿Quién sigue comiendo la basura?
c.ch.d.p comienza en el 2008 en Berlín y se alimenta de estas y muchas otras preguntas.
En el otoño del 2008 Carlos y yo nos conocíamos desde hacía tres años y discutíamos constantemente sobre problemáticas sociales, políticas y artísticas. En aquel entonces él se estaba distanciando de su profesión: actor. Él estaba buscando nuevos caminos para comunicar con el público y quería provocar y denunciar con el arte, así se acercó a la performance. Yo, pedagoga, me había especializado en los últimos años en la temática de la interculturalidad y me daba cuenta que aún hacía falta hacer mucho antes de que fuese posible hablar de una sociedad europea intercultural. Tomamos la decisión de trabajar en conjunto, unimos nuestros intereses y fundamos c.ch.d.p. Así se creo un laboratorio artístico-socio-cultural, en el que se unía la búsqueda de la creación artística, la crítica social y el intento de construir comunicación directa con los espectadores.
Nuestro primer trabajo colectivo es GLUTAMATO. Esta performance reflexiona sobre la realidad en nuestras “desarrolladas” sociedades europeas, sobre nuestra paranoia consumista-ecológica-egoísta que está más allá del YO. Carlos esta sobre el escenario y lucha contra sopas de sobre. Yo me encuentro al lado de los técnicos, supervisando que todo vaya bien. Trabajamos juntos. Él es el artista, yo la productora. Él es creativo y escribe los textos. Yo soy práctica e intento materializar el trabajo. Ambos aún creemos que el arte posee la fuerza de producir cambios. Carlos es español, yo soy guatemalteca con ascendencia alemana; somos parte de una generación de jóvenes europeos que se encuentran en la búsqueda de una propia y nueva identidad. Creemos en las sociedades interculturales. Nuestro trabajo unifica diversas culturas, idiomas y puntos de vista. Queremos despertar la atención, provocar un interés por la reflexión.
Hasta el verano del 2009 vivíamos en Berlín; ahora vivimos en Madrid. Sin embargo no hemos abandonado la capital alemana, aún deseamos trabajar allá. La meta es construir un puente entre estas dos ciudades y luego ampliarlo. Solamente así podremos hablar sobre comunicación e interculturalidad.
Paula
www.cchdp.com (ver preferiblemente con Mozilla, Safari, Opera)
*Foto: Peter Empl
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