27/10/09

La tribu equivocada


Hace un par de días Paula y yo íbamos hacia Madrid en el 724. Nos sentamos en la fila de la izquierda, la que durante diez kilómetros mira hacia en sur y durante los treinta siguientes, hacia el este. El ruido del motor siempre adormila, aturde, como una pequeña dosis de anestesia incluida en el precio del ticket o del abono. Creo que tan solo cruzamos un par de palabras y nos dedicamos a mirar el paisaje, el cielo azul de aquel día, los colores del otoño. De pronto me fijé en una bandada de aves que volaba formando un triángulo. Supuse, supongo, que se trataba de aves migratorias que volaban hacia África. Quizá volaran hacia Andalucía, pero yo quise pensar que iban más allá. Avisé a Paula del evento y miró entusiasmada. Comenzamos a reflexionar sobre el nomadismo, el movimiento, los viajes, los traslados, lo natural que fue en un principio antes de volvernos sedentarios, la raza humana, me refiero. Me hubiera gustado estar ahí arriba, mirar la tierra desde el cielo y elegir un rumbo, el que me dictara el instinto.

Hoy, mientras me tomaba un mate bien caliente me ha venido una imagen a la cabeza: Yo tendría unos diez años, no lo sé exactamente (como si eso importara). La tata, Adela, nos llevaba a mi hermana y a mí al parque a jugar un rato. Nos paramos en el semáforo que había justo antes de los jardines. Entonces eché la vista al cielo y vi una enorme bandada de pájaros dirigiéndose a alguna parte. Recuerdo que me invadió un sentimiento extraño. También quería viajar con ellos, ir a los lugares que no conocía, sentirme libre, desarraigado.

El ser nómada, se lleva en la sangre. Antes se saber lo que eso significa una ola de melancolía te atraviesa de parte a parte desde que tienes uso de razón. Intuyes que tu vida va a estar llena de idas y venidas, de despedidas, de bienvenidas, de incertidumbres y retornos. Eso no es un problema. El problema es vivir en la tribu equivocada.

Carlos

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Carlos y Paula, soy Sara, una alumna de alemán de Paula. Yo me siento en la tribu equivocada casi todos los días. Miro a mi alrededor y encuentro a muy poca gente (básicamente mi padre, una buena amiga y mi novio) con la que comparta principios, gustos, ideas y objetivos. ¿Qué se puede hacer para no sentirse uno andar en dirección contraria solo?

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